El storytelling es un arte en sí mismo y tiene sus propias reglas. Necesitas un personaje, una situación y un mensaje que lo une todo y le da sentido. Hoy estamos rodeados de storytelling aunque no nos demos cuenta del todo. Te nombro algunos ejemplos:

Instagram

Las mejores cuentas, las que nos enganchan y las que nos gusta seguir son las que tienen un hilo, una narrativa, un ambiente. Nos invitan a entrar en un mundo mental y por eso nos enganchan. Por el contrario, las cuentas en donde el popurrí es la norma y tanto hay unas vacaciones como un proyecto personal nos resultan más difíciles de seguir porque no nos ofrecen un hilo mental al cual cogernos

Museos

Cada vez más los museos se han ido convirtiendo en experiencias y, para atraer nuestra atención siempre dispersa, han utilizado las historias para unir conceptos. Recientemente he ido a visitar la exposición de La Ópera que tiene lugar en el Caixaforum. Bajo un concepto genérico y casi sin tener nada que exponer (más que trajes, pocos cuadros, algunos objetos de época y partituras), han sabido orquestar una exposición que se mantiene fiel a su concepto principal y que habla mucho más allá de la ópera en sí, ligándola con la historia, la política y el arte.

Marcas

Las marcas nunca se vendieron diciendo “Compre Ford” sino que siempre buscaron una aspiración o un mensaje y es por eso que la publicidad ha tenido tanta importancia en darle alas y nuevos sentidos a las marcas. Sin embargo, ahora mismo podemos decir que este storytelling se ha hecho extensivo y que el verdadero corazón de una marca ahora está en su narrativa que luego se expresa en los diferentes elementos que la constituyen. Las marcas hablan, cuentan historias y nos inspiran.

LinkedIn

Esta red social sigue las mismas reglas que cualquier otra en materia de narrativa y aquí suele ser de capital importancia mantener una coherencia y una solidez en el tipo de contenido que publicas y en lo que dices. Hoy las marcas (personales y comerciales) se crean en la mente de los consumidores por goteo y las filtraciones de este goteo deben ser lo más consistentes y coherentes posibles.

Si observas a los niños y niñas, son capaces de leer un cuento una y otra vez por la seguridad que les da saber lo que va a pasar a continuación. A los consumidores de información de la era de la hiperdigitalización nos pasa lo mismo, necesitamos esas señales que indican que el camino está liso y llano, que sabemos a donde vamos. Allí es donde el storytelling juega un papel fundamental porque ofrece el hilo que necesitamos para poder predecir un poco de qué va eso que estamos consumiendo. Observa, sino, cómo huyes de sitios en donde no entiendes qué te dicen o qué te están ofreciendo. Ahora todas las comunicaciones se han vuelto flat, simples, sencillas, sin ruido. 

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