1. Revisa tus redes con ganas de comunicarte, de aportar, de ayudar.

Tenemos la costumbre de entrar, dar likes, leer en diagonal y colgar nuestro contenido o, lo que en la vida real se llama “soltar el rollo”.

Imagina cuanta comunicación real y cuanta asertividad puedes lograr si te dispones a escuchar, descubrir pupas, aportar puntos de vista e incluso ofrecer soluciones. Esto lo harás cambiando el enfoque, entrando a tus redes a leer y a intreresarte, a aportar y a ayudar. Como nadie las usa de esta manera, ese comportamiento te diferencia del resto de creadores de ruido digital. Tú no estarás creando ruido, estarás interactuando, que es en esencia, de lo que se tratan las redes.

2. Si alguien te debe una respuesta, recuérdaselo (y no te ofendas por ello)

Muchas veces nos quedamos con un presupuesto a medias, un trabajo a medias, un proyecto que tiene que entrar, pero no entra y, aunque mandamos mailes, nos sentimos tan incómodos e intrusivos que hacia el segundo mail abandonamos el intento.

Te propongo que enfoques ese momento de manera diferente… Date cuenta que vivimos en la era de las distracciones y que la mayoría de los seres van saltando de una urgencia a otra, muchas veces de forma errática y caótica. Le haces un favor enorme si le recuerdas que te debe una respuesta ya que, en algunos casos, muchos proyectos se quedan olvidados porque no han tenido el seguimiento adecuado y, creeme, ahora se necesita mucho más “push” que antes.

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3. Colabora, aporta, ofrece tu ayuda

Este es el “push” por excelencia y el que te traerá los mejores resultados a largo… regala una muestra gratis de ti y de lo que puedes hacer por ellos.
Te lo explico con un ejemplo reciente… Tengo una amiga que es psicóloga infantil y que acaba de abrir su consulta privada. Para que ella pueda ejercitar su «push» le he sugerido que escoja tres temas que a su target le angustie y sobre los que pueda ofrecer soluciones. Con esa información le he dicho que organice una charla gratuita en el centro cívico del barrio. Esta charla la utilizará para presentarse como una buena psicóloga que ayuda sobre todo a un nicho muy concreto que son las madres que acaban de tener un bebé. De esa manera, este público potencial, podrá conocerla de primera mano y con un contenido que le es útil, de interés y cercano. Para mi amiga esta charla constituye su “muestra gratis” que le permitirá conectar con sus potenciales que ya están interesadas de antemano por lo que ella puede aportarle (por eso se han apuntado a la charla).

Estos tres consejos los he puesto en práctica y me han servido para cambiar el enfoque del “yo hago” al “te puedo ayudar”. Necesitamos saber vendernos a nosotros, nuestros productos y nuestros servicios, aunque ya no lo hacemos desde la perspectiva del vendedor de enciclopedias, que le soltaba el rollo al que abría la puerta.

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