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Comunicación y miedo

La comunicación es un proceso por el cual se van alterando los acontecimientos. La comunicación nos es muy habitual y es una necesidad humana ya que somos seres sociales. Por ser habitual es también algo que damos por sentado, que no miramos demasiado y sobre lo que habitualmente no reflexionamos. De hecho, no reflexionamos sobre lo que decimos y tampoco lo hacemos sobre los mensajes que recibimos. Más bien nos dedicamos a tragarnos todo tal cual viene, sin filtrarlo.

En épocas de confusión y miedo como este momento que nos ha tocado experimentar, saber reflexionar sobre la comunicación es importante porque nos mantiene lejos del abismo.

En épocas anteriores el periodismo era una profesión seria, que se manejaba con rigor casi científico y que permitía que la sociedad pueda estar informada. Este periodismo purista y que nos ha acompañado como el Gran Hermano ha ido desapareciendo con la irrupción de la web 2.0

¿Qué ha pasado?

Literalmente que todos podemos crear contenidos, lo que ha hecho que la atención de los usuarios esté más demandada que nunca. Entonces los buenos medios y los buenos periodistas han visto como mermaban sus ventas, su público y su modelo de negocio. Es en ese momento en que el periodismo se ha convertido en algo diferente, fruto de sus tiempos y de las necesidades de mantener el negocio a flote. El periodismo ha evolucionado a algo que tiene más que ver con usar palabras extremas y mensajes grandilocuentes que con rigor científico e información. El rigor científico aburre y las distracciones en otros lados de la pantalla pueden ser irresistibles, de manera que, frente a la competencia por la atención de los usuarios, el periodismo se ha convertido en una especie de plaza de mercado en donde se gritan los titulares de la manera más grosera posible para poder llamar la atención de los compradores (usuarios y consumidores de su información) que están completamente distraídos.

En épocas muy confusas a las que sumamos un acceso indefinido a información digital es importante entender cómo la comunicación puede estar fomentando el miedo y la psicosis colectiva ya que, si bien cada persona es responsable de su propia gestión del conflicto, bien es cierto que esta epidemia está siendo un verdadero reto a nivel emocional, psicológico y social.

Quería explicarte algunos aspectos de la comunicación que pueden conducir al miedo para que aprendas a reconocerlos y darte cuenta que no necesariamente encierran información completa, contrastada o real.

 

Hechos y números aislados

Cuando hablamos de los muertos del coronavirus en un día pero no lo comparamos con ningún otro indicador estamos planteando una imagen parcial de esos números al no ofrecer un contexto para esas cifras. Esto hace que recibamos un mensaje único y que nuestra atención se centre en ese número y en ese hecho. Muertes y el número. Nuestro cerebro solo recibe esos dos inputs, que son negativos y parciales. Si amplias el foco ves que hace mucho tiempo que los muertos por hambre en los países sub-desarrollados (sobre todo infantes) son alarmantes.

Hacer hincapié en lo negativo

Si volvemos a los números con que se nos presenta cada día la epidemia del coronavirus, nos encontramos con que hay un foco extremo en esos datos, que son cuatro indicadores que constituyen la foto de lo que está pasando (nuevos contagios, contagios totales, muertos en un día, muertos totales). Esto significa que, dentro de esta crisis prácticamente no ha pasado nada más que contagiarnos, enfermar y morir. Si por un momento sales de los canales habituales y miras un poquito más allá puedes darte cuenta que debajo de esta crisis se está gestando una verdadera revolución social y solidaria que pocas veces se recoge en los medios. Por barrios los vecinos se están organizando en grupos de ayuda para cuidar niños, acompañar personas mayores o proveer abastecimiento a quienes estén confinados. De la misma manera, se están imprimiendo respiradores artificiales utilizando la tecnología 3D. Hay empresas que han dejado de pensar en ellas para pensar en cómo pueden ayudar en esta crisis y hay muchas que lo están haciendo, con hechos.

Mensajes apocalípticos más contagiosos que el propio virus

En un contexto de confusión es habitual que la información sea también confusa. Este caos de mensajes fomenta el miedo porque nos hacen vivir la situación como si fuera un apocalipsis. Si tomamos distancia podemos observar que nos enfrentamos a una enfermedad global (esta vez real y no metafórica como cuando decimos que la Tierra está enferma) y, como toda enfermedad, requiere que nos aislemos y que nos cuidemos. Los procesos para sanar son siempre los mismos, aunque la publicidad médica nos haya convencido que solo tomando una pastilla ya puedes seguir con tu ritmo como si nada pasara, eso no es verdad. Sanar implica parar, descansar, reflexionar y dejar al cuerpo que actúe y tome las riendas. Entonces, si esto es solo una enfermedad que nos ha cogido a todos a la vez y distraídos, ¿por qué no podemos experimentarla como eso y la estamos experimentando como si el mundo estuviera a punto de desaparecer? ¿Por qué no podemos aplicar la confianza y la calma mental en esta situación? ¿Qué es lo que nos está empujando a sentirnos tan amenazados y amenazadas como si el peligro fuera muy grave?

Lecturas políticas y mensajes ambiguos

Hace un par de días leía un titular que decía que este confinamiento puede ser “indefinido” y eso me ha hecho reflexionar sobre lo importante que es mantener la comunicación en un tono imparcial sobre todo en esta época. Decir “indefinido” es igual a decir “no tengo idea, estoy improvisando”, lo que ayuda a fomentar más el miedo y la sensación de desamparo. Sería mucho mejor que se plantee una fecha y que luego se corrija si fuera necesario, pero no utilizar palabras que pueden estar comunicando entre líneas mensajes muy negativos.

Así mismo, hay algunas cosas que podemos hacer todos para que el único virus que se contagie sea el COVID-19 y no el del miedo, la psicosis y la desesperación:

 

01. Busca información positiva

Tendrás que buscarla pro-activamente porque no es el tipo de mensaje que los canales masivos están difundiendo, pero debes saber que existe y que están pasando cosas maravillosas a nivel social y ciudadano.

02. No seas una antena repetidora de negatividades

Todos lo hacemos sin querer, es muy adictivo dar malas noticias ya que la gente se queda como prendada y tu has logrado captar la atención, que es lo que solemos buscar constantemente. Esta vez no lo hagas, piensa en ti como si llevaras una bolsa de chuches y ves repartiendo buen rollo. No es tan difícil de hacer y vuelve el centro allí donde debería estar que es en ti mismo.

03. Contagia lo bueno

Si te enteras de que están pasando cosas buenas a tu alrededor, explícalo a la próxima persona que te hable de la cantidad de muertos. Necesitamos sostenernos unos/as a otros/as en este momento porque somos muy vulnerables a nivel psicológico y porque solo cambiando el foco de lo que miramos y de lo que transmitimos podemos hacer que esta crisis sea más llevadera.

Carina Stinga

Estrategia, marca y comunicación 

Profesora UOC | Mentora BCN Activa

Como experta en branding y comunicación digital, acompaño a negocios, profesionales y PyMES a poner al día su visibilidad en internet para pasar de ser una marca indiferenciada a ser una marca que deja huella.

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